El nuncio apostólico Franco Coppola ofició una misa en el municipio de Aguililla, en el estado de Michoacán, en solidaridad con los habitantes locales que se encuentran en gran medida aislados del mundo exterior después de que los cárteles cerraron carreteras.
El nuncio y los habitantes recorrieron a pie calles de Aguililla con una imagen de Cristo para recuperar los caminos en donde aparecieron docenas de cadáveres, algunos de ellos decapitados.
Miles de habitantes han huido de sus poblados en Michoacán y el estado vecino de Guerrero debido a que sus comunidades han quedado en medio de la lucha entre cárteles por el control de territorios.
“Encontré lo mejor que podía esperar”, afirmó el nuncio en referencia a su visita en la que se desplazó por peligrosos caminos que hasta hace días estuvieron bloqueados por trincheras improvisadas y vehículos secuestrados.
El obispo Cristóbal Ascencio García, cuya diócesis en Apatzingán abarca Aguililla, oró por la conversión de los integrantes de los cárteles que han vuelto imposible la vida normal en la localidad.
Zona atacada por los cárteles
El secretario de la Defensa, Luis Cresencio Sandoval, dijo esta semana que cárteles del narcotráfico atacaron a las fuerzas del seguridad con drones cargados de explosivos en un poblado próximo a Aguililla y en al menos dos estados más.
Sandoval señaló que los ataques con drones “son de preocupación” pero no han sido tan efectivos como quisieran los cárteles porque los dispositivos relativamente ligeros no pueden transportar suficientes explosivos para causar daños importantes.
Las autoridades no han descrito los dispositivos a detalle. Según medios locales, los drones transportaban granadas de mano, aunque han circulado fotografías de drones con cargas explosivas sujetas con cinta adhesiva.
Con información de AP