Con el inicio del nuevo periodo legislativo, resurge el debate sobre la regulación para el consumo de tabaco y los productos alternativos al cigarro tradicional.
En México, al igual que en otros países, las alternativas libres de humo, como vapeadores o dispositivos de tabaco calentado, no están reguladas.
Estados Unidos, la Unión Europea, Reino Unido, Canadá y Nueva Zelanda, entre otros, reconocen que la comercialización de estos productos alternativos puede favorecer a la reducción del consumo de tabaco.
Agencias de salud internacionales; como la Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos (FDA), el Instituto Japonés de Salud Pública, el Instituto de Salud Pública del Reino Unido y el Instituto Federal de Alemania para la Evaluación del Riesgo; han realizado estudios exhaustivos a productos como IQOS, un sistema de calentamiento de tabaco de la compañía Philip Morris International.
En julio del año pasado la FDA autorizó la comercialización de este como un producto de tabaco de riesgo modificado (MRTP). Estos productos tienen una menor exposición a químicos dañinos a comparación del tabaco convencional.
La tabacalera señala que a la fecha, alrededor de 18 millones de consumidores en el mundo han probado IQOS y cerca de 13 millones de fumadores han dejado el cigarro.
Ventajas y desventajas de productos alternativos al cigarro tradicional
Las autoridades sanitarias y gobiernos de todo el mundo señalan que estas alternativas no están libres de riesgo.
Sin embargo, reconocen que estos productos y sistemas sin combustión representan una alternativa más segura al cigarro convencional.
Nueva Zelanda inicialmente prohibió el uso de vaporizadores, pero después decidieron incluir esta regulación en las políticas públicas con miras a ser uno de los países libres de humo para el 2030.
En Estados Unidos también llegaron a la misma conclusión y consideraron que un producto como IQOS reduce significativamente la exposición a los tóxicos del humo.
El derecho a elegir y cuidar la salud
Especialistas señalan que legisladores y autoridades deben priorizar la libertad de elección y la protección a la salud como un derecho fundamental para los ciudadanos.
Prohibir estos alternativas desencadenaría condiciones que propicien el crecimiento del mercado negro, la evasión fiscal y el acceso a menores de edad a estos productos.
La industria estima que la regulación de vapeadores, cigarros electrónicos y sistemas de tabaco calentado beneficiará a cerca de 15 millones de fumadores en México.
