Armenia y Azerbaiyán se acusaron mutuamente este lunes de atacar áreas civiles en el noveno día de combates entre ambos países.
Cientos de personas han muerto en la más reciente disputa por Nagorno-Karabaj, un enclave montañoso que pertenece a Azerbaiyán según el derecho internacional, pero que está poblado y gobernado por personas de etnia armenia.
Los enfrentamientos se intensificaron el fin de semana y la esperanza de un cese al fuego se desvaneció tras el inflexible discurso del presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev.
El presidente dijo que las fuerzas azeríes estaban retomando tierras que perdieron ante grupos de etnia armenia en la década de 1990, aunque Armenia pone en duda esos avances.
Aliyev exigió que Armenia establezca un calendario para retirarse de Nagorno-Karabaj y los territorios azeríes circundantes. El mandatario agregó que Azerbaiyán no cesará su acción militar hasta que liberen el territorio en disputa.
Inmediatamente después, el funcionario del Ministerio de Defensa de Armenia Artsrun Hovhannisyan declaró:
Los combates han suscitado preocupación internacional por la estabilidad en el Cáucaso Sur, lugar donde cruzan oleoductos que llevan petróleo y gas azerí a los mercados mundiales.
Se teme que otras potencias regionales puedan ser arrastradas al conflicto: Azerbaiyán cuenta con el apoyo de Turquía y Armenia tiene un pacto de defensa con Rusia.