Zonas arqueológicas de México han empezado a reabrir sus puertas al turismo tras varios meses de cierre por la contingencia sanitaria del COVID-19.
Los pocos cientos de visitantes que podrán entrar en la mayoría de los sitios deben hacer fila para comprar un número limitado de boletos.
Para poder ingresar les tomarán la temperatura, deben usar cubrebocas, recibir gel sanitizante y guardar sana distancia. La admisión estará limitada a sólo 30% del cupo de esos lugares.
Las ruinas mayas de Tulum y Cobá serán reabiertas el lunes; Chichén Itzá reabrirá al público más adelante.
En las pirámides de Teotihuacán, el sitio arqueológico más visitado del país que se ubica al norte de la Ciudad de México, volvieron a instalarse los vendedores de recuerdos.
Sólo se autoriza la entrada a 3 000 personas por día sin que se les permita subir a las pirámides del Sol o la Luna.
Ramón Álvarez Negrete, vendedor de artesanías, dijo que los últimos cinco meses fueron muy difíciles debido al cierre del lugar.
Las aperturas escalonadas de los sitios arqueológicos en el país han sido confusas para algunos visitantes. No hay un día particular de apertura, depende de que estén listos los preparativos y de las condiciones de la pandemia en cada parte del país.
Agustín Robles regresó el jueves a vender mascaras talladas y figuras de obsidiana cerca de la Pirámide del Sol por primera vez en meses.