La ciudad china de Shenzhen está pidiendo pruebas virales en alimentos congelados importados. Este refuerzo sanitario se da tras haber encontrado coronavirus en productos procedentes de Brasil.
El gobierno de la ciudad estableció una instalación donde examinarán los alimentos importados, ya revisados en aduanas, antes de ser vendidos o procesados en Shenzhen.
La nueva instalación, que comenzará a operar el 18 de agosto, someterá a pruebas adicionales de coronavirus a los productos importados como carne y mariscos.
Las empresas que almacenen o distribuyan estos productos deberá mostrar certificados de que pasó por las inspecciones de la nueva instalación de seguridad alimentaria.
Este proceso sanitario evidencia las fuertes preocupaciones respecto a que los alimentos importados puedan generar más rebrotes de COVID-19.
Expertos de la Organización Mundial de la Salud dicen que existe poco riesgo de que los embarques lleven el virus a la cadena alimentaria.
China también ha suspendido las importaciones de decenas de plantas de procesamiento de carne después de que surgieran casos de trabajadores contagiados.
