Semanas después de ser objeto de críticas por el presidente Donald Trump, un muro fronterizo construido con fondos privados en el sur de Texas sufrió más erosión.
Esto debido al paso de la tormenta tropical Hanna el fin de semana.El fenómeno meteorológico fue la prueba más importante para el proyecto, ya que las fuertes lluvias y vientos de Hanna dejaron grandes zanjas en el terreno contiguo a la valla, erigida junto al Río Bravo.
Aunque todavía están en pie los postes de la valla, algunos de los huecos frente a ella tienen varios pies de profundidad, lo que indica que parte de la barrera podría volverse inestable, según los opositores al proyecto.
Fisher Industries instaló bolardos para la valla a sólo 10 metros del Río Bravo. Eso es mucho más cerca del río de lo que el gobierno suele construir barreras fronterizas debido a la posibilidad de erosión e inundaciones que podrían violar las obligaciones contraídas en los tratados entre Estados Unidos y México.
Advierten sobre riesgos de inundaciones
La organización Centro Nacional de la Mariposa demandó a We Build the Wall y a Fisher Industries. Todo con el argumento de que los bolardos de la valla y el trabajo desviarán el flujo del Río Bravo, y causarán nuevas inundaciones en ambos lados.
El centro se ubica junto a la valla construida por Fisher. Proporcionó fotos tomadas el lunes de varias partes en donde la ribera se ha erosionado frente a la valla.
Tommy Fisher, el director general de la compañía, dijo que la erosión eventualmente podría desaparecer una vez que el terreno tenga césped completamente plantado o sea reemplazado con material sintético.
Con información de AP
