Como si el coronavirus no fuese suficiente, India soporta también una gran ola de calor y la peor invasión de langostas en décadas.
Es una catástrofe de proporciones bíblicas que obliga a las autoridades a buscar un delicado equilibrio entre las demandas de tres crisis sanitarias simultáneas:
Así, enormes cantidades de langostas del desierto causan estragos en las cosechas de las zonas rurales, agravando el panorama de una región muy vulnerable que sufre grandes pérdidas por la paralización de actividades por el virus.
Granjeros exasperados han estado haciendo cacerolazos, silbando y tirando piedras para tratar de espantar a las langostas. Incluso prendieron fuegos. La plaga parecía dirigirse de Rajasthan hacia Delhi, pero el miércoles cambiaron los vientos y la enfilaron hacia el estado de Madhya Pradesh, en el sur.
K.L. Gurjar, director de la Organización de Alerta por la Langosta, dijo que su organización de 50 empleados se afana por contener la plaga antes de que las langostas se reproduzcan durante la temporada de monzones, que empieza en julio. Si no lo logran, la langosta podría acabar con las cosechas del verano.
El país, por otro lado, registró 6.500 casos nuevos de coronavirus el jueves, elevando el total a 158.333 casos confirmados, con 4.531 muertes.
Con información de AP