El jueves, la policía de Brasil arrestó al exjugador de fútbol Robinho para iniciar el cumplimiento de una sentencia de nueve años por un delito de violación grupal dictada en Italia en 2017.
Este procedimiento se llevó a cabo en Santos, una ciudad próxima a São Paulo, donde la policía federal anunció que Robinho sería sometido a un examen médico legal, una audiencia de custodia, y posteriormente, transferido al sistema penitenciario.
El exatacante, de 40 años, fue aprehendido y trasladado a la sede policial local, luego de que el máximo tribunal de Brasil rechazara un recurso presentado por su defensa, buscando suspender la orden de encarcelamiento mientras se exploraban más opciones de apelación.
La decisión de detener a Robinho se basa en una solicitud de Italia para que la pena fuera reconocida y ejecutada en Brasil, país que no permite la extradición de sus ciudadanos.
El Superior Tribunal de Justicia de Brasil accedió a esta solicitud, dictaminando su arresto inmediato, sin revisar el caso nuevamente. El exdelantero sostiene su inocencia, alegando que el acto fue consensual.
La detención del exjugador sucede en un contexto donde otro futbolista brasileño, Daniel Alves, también enfrenta una sentencia en España por un delito similar, aunque a él se le ha ofrecido la posibilidad de libertad bajo fianza mientras continúa su proceso legal.
