Gonzalo Aguiar, un empresario uruguayo de 46 años, fue asesinado por Romina Camejo, su expareja, en un contexto de violencia previa.
Aguiar, quien había llegado a la residencia de Camejo en un auto deportivo, intentó ingresar al hogar a pesar de la resistencia de la puerta, lo que desencadenó un altercado.
La situación escaló hasta que Camejo, en un acto que su defensa califica de legítima defensa, disparó a Aguiar, resultando en su muerte.
Este incidente destapó la problemática de una relación marcada por la violencia y el temor a un posible femicidio si Camejo no hubiera actuado.
Aguiar, conocido por sus negocios, incluida una fallida planta procesadora de cannabis medicinal en Salto, y por su estilo de vida lujoso, ya estaba en el radar de las autoridades por investigaciones relacionadas con estafa y malversación de fondos.
El pasado de Aguiar revela una vida de altibajos, desde sus humildes comienzos en el barrio La Unión de Montevideo hasta su mudanza a Canadá y posterior retorno a Uruguay, donde emprendió en el sector del cannabis medicinal con el apoyo financiero de inversores canadienses.
Su proyecto, presentado como una prometedora iniciativa en Salto, terminó en controversia debido a acusaciones de mal uso de fondos y estafa.
La muerte de Aguiar cierra un capítulo de su vida, pero abre interrogantes sobre las investigaciones en curso, incluyendo las denuncias de los accionistas canadienses por desfalco y falsificación, y la posibilidad de que el Estado uruguayo proceda con la incautación de sus bienes si se comprueba el lavado de activos.