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Los habitantes de Texcapilla, Estado de México, viven bajo el miedo luego del enfrentamiento que resultó en la muerte de 11 sicarios y tres pobladores.
La comunidad, que ya sufría extorsiones, ahora enfrenta represalias por parte del grupo criminal.
Los criminales mantienen retenes y vigilancia, incluso en presencia del Ejército y la Guardia Nacional, y buscan identificar a los rebeldes.
Una residente de Texcapilla expresó su miedo constante y señaló que el grupo armado no se retirará hasta identificar a los “culpables” del enfrentamiento.
Los criminales, conocidos por su brutalidad, han amenazado a toda la comunidad, y la población prefiere enfrentar al cártel antes que seguir sufriendo extorsiones.
Los habitantes están decididos a enfrentar la situación, aunque esto signifique más violencia y muerte.
La comunidad ha optado por defenderse a pesar de los riesgos, ya que la situación ha escalado a una “guerra” contra todos.
Se han reportado secuestros y desapariciones en retenes ilegales establecidos por los sicarios.
El asesinato de Rigoberto de la Sancha Santillán, alias “El Payaso”, un líder importante del cártel, y la muerte de Noé Olivares Alpízar, un dirigente social respetado, han exacerbado la tensión en la zona.
Olivares era conocido por su esfuerzo en negociar con el cártel para aliviar las demandas de extorsión sobre los residentes.
Debido a la creciente violencia y temor a represalias, el Municipio de Texcaltitlán ha cancelado los festejos en honor a la Virgen de Guadalupe, un evento cultural significativo para la comunidad.
El alcalde Javier Lujano ha sido criticado por su presunta inacción frente a la presencia y actividades del crimen organizado en la región.
Con información de Reforma
