Informe de EU vincula a laboratorio chino con inicio del COVID-19

Ilustración del nuevo coronavirus / CDC

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La Oficina del Director de Inteligencia Nacional de los Estados Unidos (ODNI) difundió un informe en el que expone datos clasificados que los servicios de inteligencia lograron recabar en tres años desde el inicio de la pandemia del COVID-19.

El documento expone la situación en el Instituto de Virología de Wuhan en China (WIV), las tareas que allí se desarrollaban y los manejos de sus empleados, que podrían estar vinculadas al surgimiento del primer brote del coronavirus.

A lo largo de estos tres años han surgido diversas teorías sobre el origen del virus SARS-CoV-2, entre las que destacan dos: que pudo ser transmitido de un animal infectado a un humano o, bien, que pudo haber surgido dentro de un laboratorio, como parte de una investigación.

No hay pruebas de que cornavirus sea un arma

El Consejo Nacional de Inteligencia y otras cuatro agencias de la Comunidad de Inteligencia estadounidense respaldan la primera versión y sostienen que el animal infectado habría sido portador de un virus similar al coronavirus, en más de un 99 por ciento.

Sin embargo, el Departamento de Energía y la Oficina Federal de Investigación (FBI) coinciden en que el origen de la enfermedad responde a un incidente asociado a un laboratorio.

En tanto, la Agencia Central de Inteligencia aún no ha definido su postura sobre este tema ya que considera que ambas hipótesis se construyeron en base a suposiciones.

Un aspecto en el que las oficinas mencionadas sí concuerdan es que el SARS-CoV-2 no fue manipulado genéticamente ni adaptado en un laboratorio. En otras palabras, todas descartan la idea de que haya sido desarrollado como un arma biológica.

Instituto de Virología de Wuhan

De todas formas, sin apoyar ninguna de las líneas planteadas anteriormente, la ODNI realizó un análisis sobre las principales cuestiones que han sido resaltadas por los expertos durante este tiempo, que les han generado desconfianza o que han señalado como posibles desencadenantes del virus, y han dejado al descubierto sus hallazgos sobre cada una de ellas.

Para comprender, entonces, las conclusiones del escrito es necesario remontarse a los datos principales de la investigación, que surgen en China, más precisamente en la ciudad de Wuhan.

Allí se ubica el Instituto de Virología de Wuhan, un centro de investigación civil cuyo origen se remonta a la década de 1950. El sitio fue fundado por la Academia China de Ciencias (CAS) y es independiente del Ejército Popular de Liberación (EPL) del régimen.

Sin embargo, los registros exponen que esta postura se limitó a la teoría ya que se corroboró que las partes trabajaron juntas en investigaciones relacionadas con la salud pública, así como en proyectos de bioseguridad y bioprotección.

No obstante, el grupo de trabajo a cargo del informe no ha podido comprobar que se manipulara ningún patógeno antecesor del SARS-CoV-2 y, por el contrario, sostienen que “el CI considera que este trabajo estaba destinado a las necesidades de salud pública y que los coronavirus que se sabía que se utilizaban estaban demasiado distantemente relacionados como para haber dado lugar a la creación del SARS CoV-2″.

Con información de Infobae

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