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Una investigación en Estados Unidos llevó a la detención de Francisco Oropesa, mexicano sospechoso del tiroteo en Cleveland, Texas, en abril, con cinco víctimas mortales hondureñas.
La policía federal capturó a Oropesa el 2 de mayo en Cut and Shoot, Texas, tras una intensa búsqueda de varios días. Oropesa, de 38 años, estaba en una casa presuntamente asociada a su familia, oculto en un armario.
Cut and Shoot está a 50 km del lugar del tiroteo, en el condado de San Jacinto. Agentes del DPS y la Patrulla Fronteriza de EE. UU. llegaron al lugar. El fiscal del distrito, Todd Dillon, informó que Oropesa ingresóa una cárcel en el condado de Montgomery para verificar su información personal mediante huellas dactilares y proceder con los cargos por asesinato.
La captura de Oropesa se realizó a las 6:45 p.m., después de recibir una llamada anónima con su ubicación. La recompensa por información sobre Oropesa ascendía a 80 mil dólares, con el FBI, el gobernador de Texas, Gregg Abbot, y Crime Stoppers sumando $100,000 para encontrar al mexicano.
El 28 de abril, Oropesa estaba en su casa disparando al aire, lo que provocó que sus vecinos llamaran a la policía. Las autoridades no llegaron a tiempo, y Oropesa ingresó a la casa de sus vecinos y disparó múltiples veces con un fusil AR-15.
Las víctimas fatales son Sonia Guzmán (25 años), Diana Velázquez Alvarado (21 años), José Jonathan Casarez (18 años) y Daniel Enrique Laso (8 años). Después del tiroteo, Oropesa huyó y las autoridades desplegaron al menos 200 elementos en su búsqueda.
Oropesa residía ilegalmente en Estados Unidos, y se lo reportó al menos cuatro veces desde 2009.
Testigos describieron a Oropesa como un hombre violento, arrestado previamente por conducir ebrio. Este tiroteo es el último en una serie de incidentes en EE. UU. relacionados con armas de fuego y conflictos vecinales.
Gun Violence Archive informó que en lo que va de año se han registrado al menos 180 tiroteos masivos, con cuatro a cinco personas heridas.
