El miedo al vecino del Norte

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Trascendió ante los medios internacionales como es que 4 ciudadanos estadounidenses habían sido raptados por el Crimen Organizado en Matamoros, Tamaulipas. Ante el reclamo y la amenaza por parte del Gobierno norteamericano de declarar como terroristas a los narcotraficantes en el país, el Gobierno Federal respondió con una rapidez única y en tiempo record que ha generado indignación y hasta vergüenza: los desaparecidos—2 muertos, 2 sobrevivientes—aparecieron y fueron liberados; algo que sin duda da a pensar que el Gobierno Mexicano dispone de todas las facilidades para dar con el paradero de secuestrados o desaparecidos y no lo hace porque no quiere.

Más aún, el Cártel del Golfo que opera impunemente en donde gobierna MORENA desde el año pasado terminó por entregar públicamente a los responsables del secuestro y muerte de los norteamericanos, y pidió perdón al Gobierno de aquel país; algo nunca antes visto o imaginado.

Esta situación vino a presentarse en el peor momento posible, justo cuando el ex Fiscal General de los Estados Unidos, William Barr, manifestó la semana pasada que el principal protector del Crimen Organizado en el país es el presidente de México.

Ante lo ocurrido, los Fiscales Generales de al menos 21 estados de la Unión Americana, y varios legisladores republicanos tanto como demócratas están proponiendo que los Cárteles sean designados como organizaciones terroristas por el presidente Biden, ante la negativa del Ejecutivo Federal en nuestro país para hacer lo mismo.

Y en lo que el pueblo y el Gobierno de Washington suman voces para militarizar la frontera, el presidente López amaga con el absurdo: a promover que se castigue electoralmente, votando en contra de los republicanos en Estados Unidos, como si tuviera el poder de hacerlo quien no ha sido capaz de atender al país propio desde que tomó el poder.

Ciertamente la Historia entre México y los Estados Unidos ha sido una historia de agresiones constantes de aquella nación hacia la nuestra desde 1822. Sin embargo, lo más triste en este caso es que la mayoría de los mexicanos, decepcionados de un presidente que les ha fallado en todo, ahora miran con buenos ojos la posibilidad de una intervención militar del vecino del norte, con tal de que pacifique y termine haciendo lo que el Gobierno Federal, por contubernio con la delincuencia, no ha querido ni ha podido hacer.

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