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Al pasar de los años, el cáñamo ha adquirido gran fuerza dentro de diversas industrias, aunque hay países como México que todavía no aprueban su uso, dejando de percibir importantes ingresos.
El cáñamo industrial (Cannabis sativa L.) es un cultivo herbáceo anual originario de Asia Central considerado como uno de los cultivos más antiguos conocidos por el hombre como fuente de papel y fibra textil, que alcanzó una especial importancia durante los siglos XVI y XVIII disminuyendo su uso de forma gradual en años posteriores.
La búsqueda de materias primas alternativas a los derivados petroquímicos ha originado una tendencia creciente de uso de productos vegetales como fuentes renovables.
El cáñamo se puede utilizar en numerosos campos agroindustriales como la agricultura, los textiles, los biocompuestos, la fabricación de papel y la construcción, los biocombustibles, los alimentos funcionales, el cuidado personal y la cosmética.
Además, el crecimiento rápido y sostenible así como la versatilidad del cáñamo supone una gran ventaja cuando su cultivo se utiliza para usos alternativos como la extracción de sustancias secundarias con fines farmacéuticos, medicinales y de investigación.
También se usa para desarrollar numerosos productos que pueden elaborarse a partir de la celulosa de alta calidad contenida en los tallos, así como aceites esenciales y resinas que se encuentran en las inflorescencias y en las semillas.
Cada vez más países están tratando de legalizar el consumo y el cultivo lo que ha permitido que las universidades y las empresas comiencen a investigar. También las grandes corporaciones empezaron a desempeñar un papel importante en el procesamiento del material vegetal y el control de la elaboración de productos con base en cáñamo.
El cáñamo es la planta de la que se pueden aprovechar todas las partes vegetativas, constituyendo materia prima para una gama diversificada de productos.
Pese a que México cuenta con excelentes condiciones climáticas favorables para los cultivos de cáñamo, que implicarían beneficios desde el punto de vista económico, social, cultural y ecológico, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) así como el Poder Legislativo se han convertido en un obstáculo para contar con un mercado regulado del cannabis.
En los últimos años, las instituciones y sociedades civiles han intercambiado conocimientos para impulsar el desarrollo del cannabis y del cáñamo industrial, en conjunto buscan poner fin al prohibicionismo de la planta y así empezar a trabajar en el desarrollo del sector.
Más de 50 países en el mundo avanzaron en algún tipo de legalización del cannabis en su uso industrial o medicinal, cuyos referentes son Israel, Canadá y Estados Unidos, mientras que a nivel regional, Uruguay y Colombia son los pioneros, y Argentina ya cuenta con 2 leyes para su regulación, la primera impulsada en 2017 y la segunda en 2022.
