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Miles de policías, cientos de soldados y funcionarios ultimaban los preparativos el domingo para el funeral de estado de la reina Isabel II.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y otros dignatarios llegaban a Londres para el funeral. En totan son 500 miembros de familias reales, jefes de estado y de gobierno de todo el mundo.
Miles de personas seguían formadas pese a las frías temperaturas nocturnas y esperas de hasta 17 horas.
Los ocho nietos de la reina, liderados por el heredero al trono, el príncipe Guillermo, se colocaron en torno al ataúd con la cabeza inclinada durante una vigilia silenciosa el sábado por la noche.
Entre los líderes mundiales que llegaron a Londres estaba la primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, quien le dijo a la BBC que se sentía honrada de representar a su nación en las exequias y ver el duelo nacional por la muerte de la reina.
Se esperaba que gente de toda Gran Bretaña guardara el domingo por la noche un minuto de silencio en recuerdo de la reina, que falleció el 8 de septiembre a los 96 años, tras 70 años en el trono.
El lunes se declaró feriado nacional y el funeral se emitiría en vivo a una enorme audiencia televisiva, así como en pantallas en parques y espacios públicos en todo el país.
Miles de policías de todo el país trabajarían en la mayor operación policial de un día en la historia de Londres.
Detienen a hombre que rompió la seguridad
La policía detuvo a un hombre después de lo que, señaló, había sido un “disturbio” en el Salón Westminster del Parlamento.
Las autoridades parlamentarias dijeron que alguien se salió de la fila e intentó acercarse al ataúd en su andén. La Policía Metropolitana dijo que un hombre fue detenido por una presunta ofensa al orden público.
Con información de AP
