El Papa Francisco dijo este sábado que ya no puede viajar como antes debido a sus problemas en los ligamentos de la rodilla. El Sumo Pontífice señaló que su viaje pastoral de una semana a Canadá fue una prueba que le demostró que necesita bajar el ritmo.
En una conversación con periodistas en el vuelo de regreso desde Nunavut, Francisco indicó que no había pensado en renunciar pero apuntó que no hay nada malo en que un Papa dimita.
“Esto con toda honestidad: no es una catástrofe, se puede cambiar papa, ¡no hay problema!”, dijo durante la conferencia de prensa que ofreció sentado en una silla de ruedas dentro del avión.
El Papa argentino dijo que aunque no se había planteado la posibilidad de renunciar hasta ahora, es consciente de que como mínimo debe bajar el ritmo de viajes.
“Creo que a mi edad y con esta limitación, tengo que ahorrar un poco (de energía) para poder servir a la Iglesia o, por el contrario, pensar en la posibilidad de dar un paso al costado”.
El Sumo Pontífice se lesionó los ligamentos de la rodilla derecha a principios de año, y el seguimiento médico le obligó a cancelar el viaje que iba a realizar a África en julio.
La visita a Canadá fue difícil e incluyó varios momentos en los que sufrió un claro dolor al levantarse y sentarse en las sillas debido a la dolencia de su rodilla.
Con información de AP
