Entre el creciente número de personas que se encuentran en la indigencia en Afganistán, muchas están tomando decisiones desesperadas debido a la pobreza en el país.
La economía de Afganistán ya estaba deteriorada cuando el Talibán tomó el poder a mediados de agosto.
La comunidad internacional congeló los bienes de Afganistán en el exterior y le suspendió la financiación, negándose a trabajar con el Talibán.
Las consecuencias han sido devastadoras para un país asolado por la guerra, la sequía y la pandemia de coronavirus.
Los empleados estatales no han recibido su paga desde hace meses. La desnutrición acecha a los más vulnerables, más de la mitad de la población enfrenta una escasez aguda de alimentos.
Arreglar matrimonios con niñas pequeñas es común en la región. La familia del novio paga el dinero para sellar el trato, y la niña generalmente permanece con sus padres hasta que cumple al menos unos 15 años.
Pero debido a las dificultades para comprar alimentos, hay quienes dicen que permitirían a los futuros novios llevarse a las niñas, e incluso intentan vender a los varones.
Se cree que es menos común la compra de niños que de niñas, y cuando ocurre al parecer se trata de familias sin hijos que adquieren infantes.
La desesperación de millones es evidente a medida que aumentan las personas que enfrentan los azotes del hambre.
Charles, la directora nacional de World Vision para Afganistán, dijo que se necesitan fondos de ayuda humanitaria desesperadamente.
“Me satisface ver que se hagan compromisos. Pero los compromisos no deben quedarse en promesas, deben volverse una realidad en el terreno”.
Con información de AP
