Decenas de miles de habitantes de Colorado tuvieron que abandonar sus vecindarios por un incendio forestal. Las autoridades informaron que se temía que más de 500 casas estuvieran destruidas por el siniestro.
Por lo menos siete personas resultaron heridas, pero no había reportes de muertes o desaparecidos tras el incendio que estalló el jueves en las afueras de Denver.
El incendio arrasó los vecindarios afectados por la sequía al ser atizado por ráfagas de viento de hasta 169 kilómetros por hora.
“Quizás tengamos nuestro propio milagro de Año Nuevo en las manos si no hay ninguna pérdida de vida”, comentó el gobernador Jared Polis.
Al amanecer de este viernes, las enormes llamas que habían iluminado el cielo nocturno habían desaparecido, dejando casas humeantes y árboles y parajes carbonizados.
Los vientos habían amainado y pronto empezó a caer una ligera nevada que hacía esperar que pudiera extinguir las flamas.
El incendio estalló en Louisville y Superior y sus alrededores, cerca de comunidades a 32 kilómetros al noroeste de Denver con una población total de 34 000 personas.
Los residentes recibieron órdenes de evacuación a medida que las llamas se aproximaban y arrojaban columnas de humo anaranjadas sobre el paisaje.
El incendio forestal estalló inusualmente tarde en el año, después de un otoño extremadamente seco y en medio de un invierno casi sin nieve hasta ahora.
Con información de AP
