Con la implementación del riego tecnificado se mejorará la producción agrícola, con ahorros del 60 por ciento en el uso del agua y rendimientos superiores al 40 por ciento de forraje por hectárea, en la región de la Comarca Lagunera
Así lo demostró el desarrollo de esta tecnología y su adaptación a cultivos locales en La Flor, campo experimental de riego tecnificado localizado a 17 kilómetros de la zona urbana de la región Lagunera, en el municipio de Gómez Palacio, Durango.
La investigación y puesta a prueba de esta tecnología duró 10 años. Ahora, a través del programa Agua Saludable para La Laguna, se busca extender todos sus beneficios para comunidades ejidales laguneras.
“Con este riego tecnificado, se da un incremento de energía por tonelada de forraje de maíz; es decir, 30 por ciento más de almidón. Mientras que en proteína, la alfalfa registra más del 30 por ciento de rendimiento por tonelada, todo esto ahorrando agua y se genera un producto de mejor calidad”, comenta Carlos Villarreal Tricio, agricultor lagunero, al detallar los beneficios de la técnica.
El proyecto coordinado por la SADER (Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural), la Comisión Nacional del Agua (Conagua), y la iniciativa privada, también promueve ahorros hasta en un 37 por ciento de uso de agua.
¿Qué es el riego tecnificado?
Es una técnica que contribuye a anticiparse a una situación que podría llegar a ser crítica en todas las regiones agrícolas del mundo, cuenta con tecnología de vanguardia en materia de riego y es de origen israelí, con la que desde hace más de 50 años han logrado cosechas en zonas desérticas.
En La Flor, donde se puso a prueba este proyecto, anteriormente se utilizaba un estanque desde donde se distribuía el agua a las acequias para el riego de los cultivos. Ahora esta agua se introduce en una caseta de riego, monitoreada las 24 horas del día por personal especializado.
El sistema cuenta con un sistema de filtración y fertilización en donde el agua entra a presión para el riego por medio de cintillos o mangueras, con goteros especiales, que permiten dosificar el agua de riego.
“Los cintillos se entierran a 25 centímetros de profundidad, con una separación de 75 centímetros de ancho entre uno y otro”, los cintillos tienen durabilidad de cinco años que se puede ampliar hasta diez años dependiendo del uso que se dé”, explica Daniel Treviño, encargado de La Flor.
Los cintillos cuentan con goteros con los que se crea el bulbo de humedad que requiere la planta. Además hay filtros para evitar que la raíz penetre y provoque fisuras en las mangueras.
El proyecto Agua Saludable para La Laguna contempla la implementación de esta tecnología del riego, disminuyendo el uso de agua pero aumentando la productividad y calidad de las cosechas.
De implementarse próximamente, La Laguna sería la primera región en donde además de superar el cumplimiento de la Norma Oficial Mexicana, atenderá la recomendación de la Organización Mundial de la Salud bajando los niveles de arsénico en el agua.
