Un grupo de 300 pobladores de la zona fronteriza entre México y Guatemala retuvieron durante horas a 15 militares para exigir justicia.
Lo anterior, después de que un miembro del ejército mexicano disparara contra un vehículo y matara a uno de sus pasajeros, de nacionalidad guatemalteca. Guatemala condena el hecho y exige justicia.
Según explicó el martes el secretario de la Defensa de México, Luis Cresencio Sandoval, el suceso tuvo lugar la víspera en el municipio de Motozintla, Chiapas, y se debió a una “reacción errónea por parte del personal militar”.
El Ministerio de Exteriores guatemalteco confirmó que el fallecido era un ciudadano de su país. Se trata de Elvin Mazariegos, que vivía en Mazapa, una comunidad del municipio de Motozintla.
Sandoval negó que parte de los militares fueran llevados a territorio guatemalteco y retenidos, pero el portavoz del ejército guatemalteco así lo indicó. Fotos divulgadas por las autoridades de Guatemala lo confirman.
Uso excesivo de la fuerza
La muerte del guatemalteco a manos de las fuerzas armadas mexicanas tuvo lugar dos días después de que policías de Tulum, Quintana Roo, sometieran a una salvadoreña y le rompieran el cuello en una acción cuya motivación las autoridades no han esclarecido todavía. Esos agentes ya están siendo procesados por feminicidio.
El incidente de Motozintla ocurrió en un puesto militar en la zona fronteriza y montañosa donde es habitual el tráfico ilícito de combustible.
Saldoval dijo que el Ejército se comprometió a una reparación económica y al inicio de acciones judiciales en contra de los responsables.
Con información de AP