Francia extendió este jueves los toques de queda a cerca de dos tercios de su población. España considera una acción similar y la ministra de Relaciones Exteriores de Bélgica fue trasladada a cuidados intensivos.
El primer ministro francés, Jean Castex, anunció que el toque de queda impuesto la semana pasada en París y otras 8 ciudades se extendería a 38 áreas más. El confinamiento cubre a 46 millones de los 67 millones de habitantes del país.
Una segunda ola de la epidemia de coronavirus está en marcha en Francia y Europa. La situación es muy grave.
En España el ministro de Salud Salvador Illa dijo que la epidemia estaba ahora “fuera de control” en muchas áreas. Las autoridades regionales han presionado al gobierno para que imponga un toque de queda nacional el jueves.
Un aumento de casos en las últimas semanas ha vuelto a poner a Europa en el centro de la crisis de la pandemia del COVID-19.
Si bien las hospitalizaciones y muertes no han abrumado a los sistemas de salud, a las autoridades de muchos países les preocupa que la situación alcance rápidamente un punto de inflexión.
Alemania, que informó más de 10 000 casos diarios por primera vez, extendió las advertencias de viaje para Suiza, Irlanda, Polonia, la mayoría de las regiones de Austria e Italia.
Aún tenemos la posibilidad de frenar una mayor propagación del virus.
Lothar Wieler, del Instituto Robert Koch (agencia de enfermedades infecciosas) en Berlín
La canciller belga, Sophie Wilmes, ingresó en cuidados intensivos este jueves, un día después de que el ministro de Salud alemán, Jens Spahn, dio positivo al virus.
Los líderes europeos están desesperados por evitar repetir los cierres que derrumbaron sus economías.
Pero a medida que aumentan los casos y los servicios de salud se ven sometidos a una mayor presión, se vieron obligados a imponer y ampliar restricciones locales.
