El mundo está atrapado en una tormenta de tasas crecientes de enfermedades crónicas, infecciones persistentes y fallas de salud pública que han permitido una escalada de las muertes durante la pandemia del COVID-19, según un estudio.
El surgimiento del COVID-19 sostenido por afecciones crónicas como la obesidad y la diabetes han exacerbado el número de muertes.
El estudio Carga Global de la Enfermedad (GBD), publicado en The Lancet, analizó 286 causas de muerte, 369 enfermedades y 87 factores de riesgo en 204 países.
El estudio encontró que las principales causas de mala salud en personas de 50 años o más eran la cardiopatía isquémica, accidentes cerebrovasculares y diabetes.
En las personas más jóvenes predominaron traumatismos causados por accidentes de tránsito, el VIH/SIDA, dolor lumbar y trastornos depresivos.
El aumento de las enfermedades crónicas y el fracaso del sector salud para prevenir ciertos riesgos dejó poblaciones vulnerables a emergencias sanitarias.
Condiciones como presión arterial alta, diabetes, obesidad y colesterol alto han jugado un papel importante en las más de 1 millón de muertes causadas por COVID-19.