La armadora japonesa informó oficialmente el cierre de su planta en Barcelona, lo que dejará sin empleo al menos a tres mil trabajadores para diciembre.
La noticia desató una serie de protestas, ya que la planta era una de las principales fuentes de empleos en la zona.
El Ministerio de Salud lamentó la decisión de la armadora, y propuso una mesa de trabajo para analizar cómo se podría revertir la decisión.
Sin embargo, la empresa nipona aclaró que no hay ninguna posibilidad de que la planta continúe en marcha.
Las únicas plantas que se escaparán del cierre en España serán las de Ávila y Cantabria, que no tienen vinculación alguna con la actividad de Barcelona. Asimismo, se mantendrá el equipo de marketing y ventas presente en Barcelona.
“Nos lo imaginábamos, pero es muy duro. Somos muchas familias que nos quedamos en la calle”, explicaba Cristina Montero, que lleva 15 en la empresa.
Los trabajadores han cortado las calles de alrededor de la fábrica y han colocado sus coches y neumáticos para impedir el paso de vehículos.
Pese a la noticia, el Ministerio de Industria considera que las instalaciones catalanas podrían tener continuidad si Nissan invirtiera en una nueva línea de producción y les fuera asignado un nuevo vehículo eléctrico.
Con información de El País
