Sin empleo o con uno sin suficientes protecciones contra el Covid-19, millones de trabajadores en todo el mundo conmemoraban el viernes el Día Internacional del Trabajo atrapados entre el hambre y el miedo.
Mientras la mayoría de los países y estados se prepararan para reanudar su actividad económica, la pandemia está lejos de desvanecerse.
La Ciudad Prohibida de Beijing abrió sus puertas de nuevo, y centros comerciales desde Texas a Indiana se preparan para hacer lo mismo el viernes.
En tanto, líderes de todo el mundo tratan de encontrar una fórmula para salvar a sus golpeadas economías sin desatar una nueva oleada de contagios.
Con las tradicionales movilizaciones del Primero de Mayo limitadas por las cuarentenas, los manifestantes turcos trataron de llevar a cabo una protesta salvaje.
Asimismo, activistas de California planean huelgas, los checos harán sonar las bocinas de sus autos y los trabajadores franceses cantarán desde sus balcones para defender sus demandas:
- Mascarillas en los puestos de trabajo
- Seguro médico y
- Más ayudas del gobierno para los desempleados
Es un Primero de Mayo lleno de melancolía.
Las protestas del 1 de mayo comenzaron en el siglo XIX en Estados Unidos, donde el número de trabajadores que solicitaron ayudas al desempleo superó la barrera de los 30 millones esta semana. Según los economistas, el paro podría alcanzar en abril cifras nunca vistas desde la Gran Depresión de la década de 1930.
Con información de AP