La Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) define la salud financiera como un estado integral que va más allá de solo tener dinero. Implica mantener una relación equilibrada y sostenible con las finanzas personales.
Alcanzar este estado requiere habilidades y hábitos que permitan gestionar los recursos, enfrentar imprevistos y cumplir metas a largo plazo.
Para lograr la salud financiera, la Condusef recomienda seis estrategias clave: hacer un presupuesto, crear un plan de acción con metas financieras, identificar y clasificar las deudas para priorizar su pago, reducir gastos innecesarios, utilizar el crédito de manera responsable y establecer un fondo de emergencia.
Estas acciones facilitan la gestión de los ingresos y gastos, el ahorro y el uso adecuado del crédito.
La salud financiera debe considerarse como un medio para vivir de manera más resiliente y satisfactoria. Al adoptar hábitos financieros saludables y una planificación adecuada, es posible reducir el estrés financiero y mejorar la calidad de vida.
Implementando estas estrategias, se puede obtener un mayor control sobre las finanzas personales, enfrentar imprevistos con mayor seguridad y alcanzar metas económicas a largo plazo.