En otoño de 2021, Michoacán fue escenario de un importante enfrentamiento entre el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y las fuerzas del orden.
El CJNG lanzó una ofensiva en los límites con Jalisco, desplazando a miles de personas y captando la atención de medios nacionales e internacionales. Para frenar este avance, el Ejército mexicano colaboró con grupos criminales locales, según un informe de International Crisis Group.
El documento “El laberinto de los generales: crimen y militares en México” indica que fuerzas especiales del Ejército mexicano y grupos criminales locales realizaron operaciones conjuntas contra el CJNG.
Inicialmente, los soldados dudaban en tomar medidas severas por temor a ser acusados de crímenes de lesa humanidad. Sin embargo, tras recibir garantías de que los cuerpos serían enterrados en fosas clandestinas, procedieron con las acciones, resultando en la muerte de aproximadamente 400 combatientes del CJNG en áreas como Taixtán y El Terrero.
A pesar de estas bajas significativas, el CJNG no fue completamente desmantelado y logró reorganizarse, continuando sus actividades delictivas.
El informe señala que, aunque estas operaciones militares han reducido la violencia en algunas regiones, también han permitido a las organizaciones criminales diversificar sus actividades y mantener un control sobre varios territorios.
Con información de Infobae
