Obispos de la entidad de Guerrero hicieron un llamado directo a los grupos del crimen organizado para detener los actos de violencia y abuso hacia la población.
Los líderes religiosos, entre ellos el arzobispo de Acapulco, Leopoldo González González; el obispo de la diócesis Chilpancingo-Chilapa, José de Jesús González Hernández; el de Altamirano, Joel Ocampo Gorostieta; y el de Tlapa, Dagoberto Sosa Arriaga, expresaron la necesidad imperante de que la ciudadanía de Guerrero pueda vivir sin el temor y la intimidación que genera la violencia.
En un comunicado, enfatizaron la importancia de mantener un entorno seguro para el desarrollo de actividades cotidianas como el trabajo, la educación y la práctica de la fe sin amenazas a la integridad personal. Este pronunciamiento surge tras intentos fallidos de negociar una tregua con las cabezas del crimen organizado en la región, revelados el 14 de febrero, los cuales no fructificaron por la negativa de estos grupos a renunciar al control territorial.
Además, en la comunicación, los obispos instaron a los gobernantes a no mostrar indiferencia ante los problemas de la comunidad y a trabajar por superar los desafíos que impone la delincuencia organizada sobre el bienestar y el futuro de los municipios. Asimismo, comprometieron a los agentes de pastoral de sus diócesis a fomentar la evangelización como medio para promover la paz y la solidaridad entre la población, llamando a las familias a educar en valores que rechacen la violencia y contribuyan a la construcción de una sociedad armónica.
