Durante el inicio de las actividades de campo para el proceso electoral del 2 de junio de 2024, el Instituto Nacional Electoral (INE) enfrenta desafíos logísticos significativos que afectan a sus capacitadores y supervisores electorales.
Estos trabajadores han comenzado sus tareas sin los uniformes necesarios para una adecuada identificación ni los dispositivos móviles requeridos para el registro de información de los ciudadanos seleccionados para operar las mesas de votación.
La carencia de estos recursos esenciales plantea obstáculos adicionales a sus labores de preparación y organización electoral, en un contexto donde la seguridad ya representa un desafío considerable.
Ante esta situación, Martín Faz, consejero del INE, ha reconocido los retrasos en la adquisición de equipamiento como chamarras, gorras y mochilas, y ha detallado las medidas adoptadas para mitigar el impacto de estas deficiencias.
Entre estas medidas se encuentra la redistribución de indumentaria existente y la firma de un nuevo contrato para la adquisición de teléfonos móviles.
El INE debe ahora enfrentar costos imprevistos, redirigiendo recursos que originalmente no estaban destinados para este fin. En el contexto de las elecciones, se espera que más de 42 mil capacitadores-asistentes y aproximadamente 7 mil supervisores electorales sean desplegados a lo largo del país para garantizar el correcto funcionamiento del proceso de votación.
