[responsivevoice_button voice=”Spanish Latin American Female” buttontext=”Escuchar”]
Juanita Mengel, una residente de Amanda, Ohio, de 67 años, comienza sus mañanas preparando su pierna ortopédica y cuidando de Lola-Pearl, su gata de 5 años que también tiene una discapacidad física.
Esta singular pareja forma parte de los 200 equipos de gatos de terapia registrados en Estados Unidos a través de Pet Partners, una organización sin fines de lucro que se dedica a formar equipos de voluntarios y sus mascotas para realizar intervenciones asistidas por animales.
Estas intervenciones tienen lugar en hospitales, residencias de ancianos y escuelas, contribuyendo a mejorar el bienestar de las comunidades.
Taylor Chastain Griffin, directora nacional de promoción de intervenciones asistidas con animales de Pet Partners, explica que un animal de terapia es aquel que disfruta interactuar con personas nuevas y participa activamente en dichas interacciones.
Pet Partners registra nueve especies distintas como animales de terapia, entre ellas perros, gatos, caballos y otros. Chastain Griffin señala la importancia de investigar más sobre el impacto de los gatos en terapia, ya que, a diferencia de los perros, su participación en estas actividades suele generar sorpresa y curiosidad entre las personas.
La eficacia de los gatos en terapia se refleja en la experiencia de Mengel con Lola-Pearl. Mengel descubrió el potencial de su gata para la terapia después de llevarla a una conferencia de la coalición de amputados, solo un mes después de haberla adoptado.
La gata demostró ser excepcionalmente buena con la gente, lo que llevó a Mengel a reconocer su capacidad para ser una efectiva gata de terapia. La gente se sintió naturalmente atraída por Lola-Pearl, lo que evidencia el impacto positivo que pueden tener los gatos en entornos terapéuticos.
Esta historia subraya la capacidad única de los animales para brindar apoyo emocional y terapéutico a las personas, especialmente en casos donde los animales comparten desafíos similares a los de los humanos.
La inclusión de gatos en programas de terapia asistida por animales no solo beneficia a las personas que reciben la terapia, sino que también promueve una mayor comprensión y apreciación de las capacidades de estos animales en entornos terapéuticos.
Con información de AP
