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Los sueños de una vida mejor en Europa se convirtieron en una pesadilla para los migrantes que intentan cruzar el Mediterráneo.
La tragedia del naufragio del 26 de febrero cerca de Steccato di Cutro, Italia, dejó al descubierto las consecuencias de las políticas migratorias más duras de Europa e Italia. Las imágenes de los jóvenes que se tomaban videos en el barco se han convertido en una dolorosa memoria de lo que pudo haber sido.
La ruta migratoria de Turquía a Italia es una de las menos conocidas, pero los migrantes afganos, paquistaníes, sirios, iraníes, palestinos, somalíes y otros siguen intentando cruzar en busca de una vida mejor. Sin embargo, la realidad es que muchos pierden la vida en el camino. En este naufragio, se han recuperado 70 cuerpos hasta el momento, y se teme que la cifra de víctimas sea mayor.
La tragedia resalta también el cambio en la política migratoria de Europa e Italia desde 2015, donde se han alejado de una estrategia de búsqueda y rescate para centrarse en la vigilancia de fronteras. A medida que aumentan las políticas migratorias más duras, los migrantes se ven obligados a tomar rutas más peligrosas y los traficantes de personas se aprovechan de ellos.
Ahora, el gobierno italiano enfrenta preguntas sobre por qué no envió a la Guardia Costera antes de que fuera demasiado tarde. La AP ha reconstruido lo que se sabe hasta ahora de los acontecimientos que llevaron al naufragio y las preguntas que siguen sin respuesta. ¿Por qué no se envió a la Guardia Costera? ¿Cómo se puede evitar que más migrantes pierdan la vida en el camino hacia Europa?
Con información de AP
